El otoño no parecía terminar y decidimos ir en busca de uno de los hayedos más misteriosos situado en algún lugar perdido de la Sierra de Guadarrama. Denominado el Hayedo Oculto por su descubridor en el año 2022.
Iniciamos nuestra marcha en un parking que hay en el Embalse de la Jarosa en la localidad de Guadarrama. Un paraje ideal para una merendola en un paisaje con hermosas vistas.
Iniciamos la marcha con la ilusión de descubrir aquel hayedo oculto en algún lugar de aquella zona. Pero el guía nos ilustró indicándonos que nuestro camino era en la otra dirección, teníamos que retratar las hermosas vistas del Embalse de la Jarosa.
Ahora sí, iniciamos nuestro camino, ascendente, en busca de lo oculto, en este caso un hayedo. La pista por la que caminábamos era fácil de llevar. Los pinos nos protegían de la niebla de la mañana y algún que otro buscador de setas surgia de las profundidades del bosque con una buena cesta de níscalos.
La senda no daba tregua y el día parecía no querer que el grupo disfrutara de los paisajes que se encontraban a lo lejos. Cogimos un sendero situado a nuestra izquierda y ahora sí que caminábamos por un sendero de piedras y arena.
Llegamos al muro perimétrico del monumental Cuelga Muros y lo cruzamos por una de sus múltiples brechas que senderistas anteriores habían hecho en su búsqueda por descubrir mundos nuevos.
Nos encontrábamos ascendiendo por un camino bien cuidado dentro de aquel recinto. La niebla seguía ocultándonos las impresionantes vistas que nuestro, guia nos contaba que se veían desde aquella senda.
Nuestro intrépido Indiana Jones nos desvío por un sendero que solo el vio y iniciamos un descenso a las profundidades de aquel bosque de pinos. ¿Estaría el hayedo oculto por aquella senda?
Caminamos durante unos minutos y... Ante nosotros surgió un precioso manto de hojas rojizas de diferentes tonalidades. Nos encontrábamos en el hayedo oculto. El final del otoño había inundado el lugar y las hayas se encontraban desnudas pero el paisaje era hermoso y melancólico. De foto.
Continuamos la marcha campo a través en busca de otro lugar con magia, su nombre nos hizo gracia a todos. El embalse del Boquerón. ¡No vimos ni un solo boquerón! La niebla decidió abandonarnos y Cuelga Muros surgió ante nuestra hipnotizada mirada
Regresamos a la senda original del recinto caminando por aquel manto de hojas otoñales de diferentes colores. Ahora sí pudimos contemplar la belleza al completo de la Sierra de Guadarrama, la capital y...
Regresamos a los coches por el mismo sendero por el cual habíamos ascendido al Hayedo oculto, comentando que para el próximo año regresaríamos antes para ver las hayas con sus hojas. La ruta estaba llegando a su final y todos regresábamos sorprendidos por los lugares que ocultamente se encontraban en aquella zona.
¡RUTA SUPERADA!