Un lugar llamado, Revenga 🧙‍♂️🧙

 Aquella mañana habíamos quedado en Revenga, un pequeño pueblo segoviano que se encuentra en un entorno maravilloso. Se puede decir que es un lugar con un gran encanto, maravillosos bosques y un precioso embalse.

Quedamos a las nueve en un pequeño aparcamiento que hay justo enfrente al bar donde habíamos quedado. Un café para despejar la mente del madrugón del sábado.

Iniciamos la marcha en dirección Madrid, hacia el embalse de Revenga. Las vistas del Embalse de Puente Alta eran preciosas. Muchos no se imaginaban que la mujer Muerta, esa preciosa formación montañosa se viera desde el camino por el cual transitábamos.

Cruzamos la presa por la pasarela que había sobre ella, disfrutando de los hermosos paisajes. Prometía ser una ruta muy bonita.

Decidimos coger el camino de nuestra derecha, que transitaba entre árboles de gran esplendor que nos ofrecía sombras y nos acogía como si fuéramos parte del entorno.

Poco a poco fuimos ascendiendo, el bosque parecía difuminarse y llegamos a una gran pradera. Aquel lugar poseía unas vistas esplendidas de la maravillas que la Sierra de Guadarrama posee en esta vertiente.

Duramos poco tiempo fuera del bosque que se veía desde fuera con tanta profundidad. Hay que tener en cuenta que si uno se pierde en aquel lugar puede llegar a la Granja de San Idelfonso. La vertiente Segoviana es lo que tiene. Inmensos bosques de pinos, robles, acebos..


Comenzamos a ver algún que otro acebo. El guía nos confirmo que 300 m más arriba había bosques de acebos que dominaban el lugar.

Estrechas sendas, el río Acebeda y un entorno que tiene magia propia nos llevo hasta el Decantador del Acueducto. Sí claro el de Segovia, esta zona es la que ha suministrado el agua a la provincia Castellana desde hace siglos. 

El retorno al pueblo de Revenga se hizo por la misma pista por la cual horas antes habíamos comenzado nuestra aventura. Nos dios la vuelta en numerosas ocasiones para disfrutar una vez más de los paisajes que todos sabemos que en un futuro regresaremos.

Como siempre hacemos en nuestros finales de ruta, celebramos que la ruta había acabado bien y esta vez que la belleza del lugar nos había conquistado. 

¡RUTA SUPERADA!