Aventuras en el Monte Abantos, El Escorial, Madrid


El Monte Abantos, una de las joyas naturales que rodean a El Escorial, es un destino que invita a la aventura y al descubrimiento. Situado a solo unos kilómetros de la majestuosa Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, este monte ofrece una combinación única de historia, naturaleza y vistas espectaculares. En este relato, te llevaré a través de un emocionante día de exploración en este lugar emblemático.

La mañana comienza con el sonido del despertador y la emoción de un nuevo día de aventura. Me encuentro en El Escorial, un precioso pueblo con una rica herencia histórica. Después de un desayuno ligero, me equiparé con una mochila que contiene lo esencial: agua, algunas provisiones, mi cámara para capturar los hermosos paisajes y, por supuesto, unas buenas botas para senderismo.

Al salir, la brisa fresca de la mañana me envuelve, y puedo sentir que este será un día memorable. La ruta hacia el Monte Abantos comienza cerca del monasterio, donde el bullicio del turismo se siente lejano. La tranquilidad del entorno natural me hace sentir que estoy a punto de embarcarme en una aventura.


El sendero serpentea a través de un bosque de pinos, donde el aroma de la resina llena el aire. Mientras camino, me topo con algunos lugareños que pasean a sus perros y otros grupos de excursionistas que comparten el mismo objetivo: llegar a la cima. La conversación fluye entre sonrisas y saludos, creando un ambiente de camaradería.


A medida que avanzo, noto cómo el paisaje cambia; los pinos son reemplazados gradualmente por arbustos de matorrales y flores silvestres. La flora y fauna de la zona son diversas, y no es raro ver aves como el buitre leonado o incluso ciervos que vagan libremente. Cada paso me acerca más a la cima, pero también a la maravilla de la naturaleza que me rodea.


Después de una caminata de aproximadamente dos horas, llego finalmente a la cima del Monte Abantos. Las vistas son simplemente impresionantes. Desde aquí, se puede observar todo El Escorial, con su famoso monasterio y los altos picos de la Sierra de Guadarrama al fondo. Decido tomarme un momento para absorber la belleza del lugar. Saco mi botella de agua y un pequeño bocadillo, disfrutando de la recompensa de haber subido.


Mientras estoy sentado en una roca, un grupo de jóvenes se acerca, riendo y compartiendo historias sobre sus propias aventuras. Se unen a mí y comenzamos a intercambiar anécdotas sobre nuestras experiencias en la montaña. La calidez humana contrasta con la frialdad del viento que sopla desde las alturas.


Al terminar de comer, decido explorar un poco más. Con la ayuda de mi mapa, me dirijo a un antiguo refugio de montaña que se encuentra cerca de la cima. Este refugio, construido en piedra, tiene una historia interesante; fue utilizado en épocas pasadas como un lugar de descanso para pastores y viajantes. Las paredes están cubiertas de inscripciones y dibujos que cuentan historias de otras generaciones que han pasado por aquí.


Dentro del refugio, me encuentro con un par de excursionistas que están investigando esas inscripciones. Comenzamos a charlar y me cuentan que, según la leyenda, estas montañas estaban habitadas por seres míticos que protegían a la gente de la zona. Esta conexión entre historia y naturaleza me fascina, y siento que cada paso en este terreno sagrado está impregnado de relatos por descubrir.


Después de un par de horas en la cima, decido que es hora de regresar. El descenso es igual de hermoso, aunque mucho más rápido. A medida que bajo, la luz del sol comienza a cambiar, y el paisaje adquiere tonalidades doradas. En el camino, me encuentro con un grupo de niños que están recolectando hojas y piedras. Se detienen a mostrarme sus tesoros y me cuentan sobre la flora local. Su entusiasmo es contagioso y me hace recordar mis propias aventuras de infancia.

Más adelante, encuentro un pequeño arroyo que serpentea entre las rocas. Es el lugar perfecto para hacer una pausa adicional. Me quito las botas y siento la frescura del agua en mis pies, dejando que la corriente me relaje mientras disfruto de la paz que emana del entorno.

Al llegar de regreso a El Escorial, me siento renovado. La mezcla de ejercicio físico, la conexión con la naturaleza y las interacciones con otros viajeros me han proporcionado no solo un día lleno de aventuras, sino también una sensación de comunidad y pertenencia. El Monte Abantos no es solo un lugar para escalar, sino un espacio donde las historias de quienes lo habitan y lo visitan se entrelazan.


Este viaje ha sido más que una simple excursión; ha sido una experiencia enriquecedora que me recuerda la importancia de preservar estos lugares. La naturaleza tiene una manera especial de enseñarnos sobre nosotros mismos y nuestras raíces, y hoy he aprendido que cada montaña tiene su propia historia lista para ser descubierta.

Así concluye mi aventura en el Monte Abantos, un lugar que sin duda permanecerá en mi memoria y que anhelo volver a visitar. Al iniciar la próxima jornada, ya planeo explorar más de los secretos que esta sierra oculta, en busca de nuevas historias y aventuras que contar.


El Monte Abantos es un espacio que combina la belleza natural con un rico trasfondo histórico. Ya sea que busques aventura, sosiego o un espacio para reflexionar, este monte ofrece todo eso y más. Así que la próxima vez que estés en Madrid, no dudes en hacer una parada en El Escorial y explorar los encantos del Monte Abantos. Te prometo que no te arrepentirás. La aventura espera, y la naturaleza siempre tiene algo que ofrecer.






    
    Miguel Ángel Villasante Rodríguez