El Pimpollar una aventura primaveral.🌺🥀🌷

 

La primavera había llegado, la vida regreso a l naturaleza, ríos repletos de agua, la fauna enamorada y los días hermosos. Decidimos realizar una bonita ruta por el Pimpollar. Muchos me preguntaron donde estaba aquel lugar. Este pequeño rincón es un apeadero ferroviario de Santa María de la Alameda ( Madrid).

Como era un lugar desconocido para todos menos el guía, decidimos quedar en el Puerto de la Cruz Verde, un lugar conocido que aparece en cualquier mapa. Desde aquel lugar nos desplazaríamos hasta el Pimpollar (Sitio poblado de Pimpollos, árboles nuevos).

Aparcamos lo más cerca del río Cofio, paraje que teníamos que visitar. Ni un bar para tomar un café para despejarse y tomar fuerzas. Bueno en el Puerto de la Cruz Verde nos habíamos tomado uno.

Iniciamos la marcha, la abundancia de agua en el río Cofio nos sorprendió pero era de esperar por las numerosas lluvias de los días anteriores.

La senda era fácil de caminar, el sonido del agua y el día soleado nos alegraba nuestra primera aventura primaveral.

Llegamos al puente Recondo, una enorme construcción con grandes arcos que se creo para que pasara el tren. No pudimos admirar, tocar y fotografiar aquella obra de ingeniería. 

Nuestro camino continuo por la amplia senda y nuestra primera aventura del día nos puso a prueba. Un arroyo cortaba el sendero. ¿Descubriríamos algún lugar para cruzarlo o utilizaríamos los escarpines?. Cada uno hizo lo que pudo, pero cruzamos.

Abandonamos el sendero para acercarnos al río y disfrutar de su belleza y poderío. No podíamos, sino que admirar aquel entorno tan hermoso donde el sonido del agua nos daba la vida.

Llegamos al lugar donde estaba previsto que teníamos que cruzar, pero nos dimos cuenta que la otra orilla se encontraba anegada por el agua que venía de millones de arroyos que habían nacido en la montaña de las numerosas luvias de los días anteriores.

Paramos en una pequeña pradera junto al río para disfrutar de un almuerzo en un lugar hermoso y algunos de nosotros introducir los píes en el agua para refrescarlos.

El regreso al Pimpollar fue más rápido, pero disfrutamos de nuevos lugares que a la ida no habíamos visto. El lugar sin duda era muy bonito y lo que a todos más les gusto fue la poca gente o ninguna que había. 

Disfrutamos de nuestra fiesta de final de ruta en el Club Social El Pimpollar. Un lugar agradable con un personal encantador que nos atendió maravillosamente.

¡RUTA SUPERADA!