Practicar el senderismo es una actividad sencilla y barata que podemos disfrutar en familia. A medida que caminamos nos surgen muchas dudas a la hora de reciclar. En nuestro poder llevamos bocadillos, fruta, bebidas... Los que nos preocupamos por nuestro entorno llevamos una bolsa basura para guardar los residuos que generamos y en muchas ocasiones, se puede decir en demasiadas, los que otros generan.
La duda principal es cuando llegamos a los contenedores y no tenemos muy claro donde hay que tirar cada residuo. Por ejemplo, las latas de bebidas isotónicas o los envases de plástico del jamón van al cubo amarillo. Y los restos de frutos secos, fruta o pan al cubo de residuos orgánicos.
Un fenómeno que desde hace años se lleva observando en diferentes lugares naturales “Es un efecto llamada. Donde hay basura la gente tiende a dejar la suya. Un ejemplo es el pantano de San Juan (en el sudoeste de la Comunidad de Madrid), en el que hay zonas donde la gente tira sus bolsas pensando que es un punto de recogida, y no lo es. Muchos vertidos ilegales comienzan así”