Para el cuidado del rostro, conviene escoger productos adaptados al tipo de piel, pero, ¿cómo saber si se tiene una piel grasa, seca o mixta?
El número de hombres que utilizan productos cosméticos aumenta cada vez más, pero igualmente, son muchos quienes escogen cremas y cuidados que no se adaptan a su tipo de piel. Puede parecer que se trata de un simple detalle, sin embargo, utilizar una crema especial para piel seca cuando se tiene una piel grasa, o al revés, puede ser completamente contraproducente.
Si se desea utilizar un cuidado hidratante y revitalizante, es necesario conocer previamente qué tipo de piel se tiene. Veamos algunos consejos que ayudarán a escoger claramente el cosmético más pertinente.
Todas las pieles tienen que estar hidratadas
Contrariamente a las ideas recibidas, siempre se ha creído que la piel grasa no era necesario hidratarla. No obstante, una piel grasa necesita tanta hidratación tanto o más que una piel seca. De hecho, son los ingredientes cosméticos que componen el producto los que no serán los mismos.
De esta forma, en un producto concebido para hombres que tienen la piel seca, un aceite puede estar presente, lo que no sería bueno para una piel grasa, que ya tiene suficientes sebo, incluso a veces demasiado.
Conocer el tipo de piel
Ahora que hemos comprendido el principio y la utilidad de conocer si se tiene una piel seca o una piel grasa, veamos algunos índices que puedan ayudar a realizar un diagnóstico concreto de la piel.
La piel seca
Cuando el rostro es sensible al viento, al frío, a las agresiones externas, y se vuelve enrojecida y refleja muy poca luz. Parece seca y con falta de elasticidad. Está expuesta por tanto a las estrías y a las tiranteces.
La piel grasa
Cuando se constata que el aspecto de la piel es brillante, principalmente la frente, la nariz y el mentón, y los poros están dilatados. Igualmente, aparecen granos y puntos negros en esta misma zona.
La piel mixta
Cuando los lados del rostro, desde las sienes hasta la parte inferior de las mejillas son del tipo de piel seca, pero la zona mediana corresponde con un tipo de piel grasa.
La piel sensible
Cuando el rostro se irrita fácilmente y enrojece tras la aplicación de un after-shave, o de un perfume. Sufre cuando se toma el sol de forma prolongada. Aparecen pequeños capilares rojos sobre las mejillas y sobre la nariz.
La piel normal
Cuando no presenta ninguna de las características citadas anteriormente. Es más flexible, sin imperfecciones ni granos. Si formáis parte de esta categoría, conviene saber que tenéis mucha suerte.
Pues bien, ahora ya conocemos cuál es el tipo de piel que tenemos. Así pues, ya no hay excusas para poder escoger los productos adecuados a la hora de cuidar tanto las manos como el rostro.
A cada tipo de piel su rutina
Si se tiene una piel normal, esta piel que no tiene ninguna particularidad, requiere un cuidado bastante sencillo, que se articula en torno de 3 etapas básicas. La piel normal varía con las estaciones. En invierno tiene tendencia a quedar más seca, mientras que en verano, puede ser más grasa. Por tanto, conviene adaptar la rutina del cuidado a estos efectos del entorno para conservar un mejor aspecto del rostro durante todo el año.
Con la piel seca, la limpieza, la hidratación y la exfoliación son tres etapas importantes. Pero donde existe una diferencia notable es en los productos que se van a utilizar.
En una piel seca, es necesario utilizar una crema hidratante más rica. Esto parece lógico, pero si se tiene la piel seca, es porque la piel sufre una falta de lípidos. Por tanto, es importante compensarlo con un producto cosmético grasiento. Para ello, existen dos soluciones: bien se utiliza una crema más rica, que hidrate en profundidad, o se utiliza la misma pero dos veces al día, y en mayor cantidad.
En el caso de una piel mixta y de una piel grasa, la solución es sencilla. En realidad presentan prácticamente las mismas características: son gruesas, aceitosas al tacto, y particularmente propensas a los granos y a los puntos negros. La diferencia está en que si una es grasienta en la totalidad del rostro, la otra solo lo es en la zona T. La razón del aspecto aceitoso de la piel es debido a una producción excesiva de sebo, que lógicamente, conviene regular para recuperar una piel perfecta.